martes, 1 de agosto de 2017

El cambio a un modelo energético sostenible está en nuestras manos


Cada vez son más las personas que eligen un consumo responsable con el ambiente y lo social. Las opciones sostenibles están al alcance, y en al ámbito de la energía eléctrica, esto consiste en consumir energía verde y asociarse a cooperativas comercializadoras.

Las decisiones de muchas personas para contratar energía verde, generará una fuerza capaz de cambiar el modelo actual que pone por delante los beneficios económicos sobre el cuidado de las personas y el medioambiente.

Para entender por qué está al alcance contratar energía renovable o verde, vamos a explicar primero cómo está estructurado el mercado eléctrico.

En éste mercado, encontramos tres tipos de empresas que son:

Las Generadoras:
son aquéllas que generan y venden la electricidad al mercado eléctrico o “pool”. Dentro de este grupo hay productores de todo tipo y con diferentes tecnologías. Están por un lado las centrales convencionales que son la nuclear o las basadas en quemar combustibles fósiles y por otro, las de origen renovable, como la eólica, la termosolar o la solar fotovoltaica. A éstas últimas se les llama renovables porque son sostenibles y su impacto ambiental es casi nulo. Por otra parte, para generar esta energía no hace falta importar ningún tipo de combustible, por lo tanto es autóctona.

Las Distribuidoras:
son las que transportan la energía producida por las generadoras, ocupándose también de mantener y mejorar la red de distribución, es decir cables, centros de transformación, contadores, etc. y en muchos casos además son las que se encargan de leer los contadores. Estas empresas son financiadas a través de los peajes de acceso que paga el consumidor final. Este negocio, al no ser una empresa pública, es naturalmente un oligopolio ya que no tendría sentido que dos compañías tengan cada una de ellas, instalada una red eléctrica en la misma zona.

Las Comercializadoras: son empresas que compran la electricidad en el mercado eléctrico para luego venderla a sus clientes. Aquí hay empresas del mercado libre como las del listado de este enlace además de las comercializadoras anteriormente conocidas como de Último Recurso que ahora se llaman Comercializadoras de Referencia, que son cinco: Iberdrola Comercialización de Último Recurso, Endesa Energía XXI, Unión Fenosa Metra, E.ON Comercializadora de Último Recurso, Hidrocantábrico Energía Último Recurso. Solamente comercializan para suministros de potencias menores a los 10 kW.

Ahora veamos por qué la electricidad de origen renovable está al alcance de todos los consumidores.

La energía eléctrica que consumimos, consiste básicamente en el movimiento de electrones (cargas eléctricas negativas) a través de cables. Y es verdad que una vez en la red, no podemos diferenciar ni seleccionar aquéllos electrones generados por medios renovables.

Pero aunque no podemos elegir qué electrones consumir, sí podemos asegurarnos de que en algún sitio se haya generado de forma renovable, la misma cantidad de energía eléctrica que hayamos consumido.

Para esto, existe un sistema de Garantía de Origen, gestionado por la CNMC (Comisión Nacional Mercados de la Competencia). Estos certificados que se denominan Garantías de Origen (GdOs) se pueden transferir a las comercializadoras para justificar así el carácter verde de la electricidad que venden.

En la medida que más personas solicitemos energía de origen renovable a las comercializadoras, más producción verde tendrá que haber detrás generando esa energía y así satisfacer esa demanda.

Pasarse a una comercializadora de energía renovable es un proceso muy sencillo y simplemente basta con ponerse en contacto con la que hayamos elegido. En el cambio, no habrá en ningún momento corte de luz, y sencillamente pasaremos a recibir facturas de una comercializadora diferente.

Entre las comercializadoras de energía verde podemos diferenciar dos tipos: las empresas que han elegido la energía verde simplemente como un producto a comercializar y las cooperativas.

El modelo mas interesante desde el punto de vista social, es el de las cooperativas, ya que la mayoría son sin ánimo de lucro. Para contratar la energía a una cooperativa, simplemente hay que asociarse o tener un familiar, casero o pareja que ya sea socio, ya que un socio puede tener más de una cuenta como cliente.
Las personas asociadas a una cooperativa, además de contratar su energía, tienen derecho a voz y voto en las asambleas, es decir que también participan en la toma de decisiones. A diferencia de las empresas del oligopolio, nadie se hace rico a costa de la pobreza energética y es un sistema totalmente transparente. Estas cooperativas, además de contar con los certificados de la CNMC, también son productoras, ya que invierten sus beneficios en plantas de generación de energías renovables, con lo cual, todo aquél que forma parte de una cooperativa está participando de varias formas en el cambio de modelo energético.

Los motivos para elegir un suministro 100% renovable pueden ser éticos, medioambientales o para dar una imagen corporativa comprometida con el medioambiente, como puede darse en el sector empresarial. En cualquier caso, en la medida que esta tendencia continúe, aumentará la necesidad de certificados renovables, lo que indudablemente forzará al sistema eléctrico a una mayor participación de las renovables en el mix.

Si quieres participar en este cambio de modelo y apoyar proyectos ambiental y socialmente sostenibles, te invitamos a participar buscando una cooperativa con la que te sientas a gusto.
Cada persona puede aportar su grano de arena, y así será verdad aquéllo de que “Mucha gente pequeña en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas pueden cambiar el mundo”.

Fotonia por su parte, se ha asociado a La Sociedad Cooperativa La Corriente que es la primera cooperativa de este tipo localizada en Madrid. Si quieres ampliar información, ponte en contacto con nosotros y te asesoraremos.



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